LA FORMACIÓN DE LOS DISCÍPULOS POR JESÚS
Es muy interesante analizar el método que hasta la fecha utiliza el pueblo judío para formar a sus niños (particularmente a los varones).
Existen dos etapas formativas: el proceso inicia a los 4 años de edad y termina alrededor de los 30 años.
En la primera etapa (de los 4 a los 12 años), llamada “BET-SEFER” (Casa del Libro), los varones son formados en la Torá y las niñas en el estudio de los Salmos.
Al final de esa etapa de preparación, los varones deben estar listos para pasar a la siguiente etapa de formación, llamada “BET-MIDRASH” (Casa de la Instrucción). Para esta etapa el adolescente pide a un Rabí ser formado por él y convertirse en su Talmid (estudiante). El muchacho le dice: “Rabí, quiero ser como tú”. El Rabí elegido por el muchacho lo examina en cuanto a su conocimiento de la Torá y de su aplicación en la vida diaria. Si el Rabí considera que el muchacho tiene la capacidad para ser formado en la BET-MIDRASH, entonces lo toma bajo su tutela durante 16-18 años diciéndole: “Sí, llegarás a ser como yo.” Al final de estos años durante los cuales el Talmid debe dejar su casa paterna y vivir con el Rabí, éste se convertirá en un Rabí.
Si el Rabí considera que el Talmid no tiene la capacidad para estudiar en la BET-MIDRASH, entonces le dice: “Serás como tu padre. Ve y haz lo que hace tu padre (oficio). Ora a Dios para que tus hijos puedan llegar a ser un Rabí”.
Aquí haremos el primer alto para analizar lo que ocurrió con Jesús en este contexto de formación. Recordemos que estamos analizando la vida de los discípulos y particularmente cómo fueron elegidos por Jesús y cuál era su situación humana cuando esto sucedió.
Lucas 2:41-47
“Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.”
Pongamos atención en los siguientes puntos:
1) Jesús tenía 12 años.
2) Jesús fue hallado en el templo en donde había estado durante los últimos 3 días.
3) En el templo estaba sentado en medio de los doctores de la ley. Estaba aprendiendo de los Rabís. Dice que “los oía y les preguntaba”. Se acostumbraba en ese entonces que la BET-MIDRASH compartiera las instalaciones de la sinagoga, del templo. Jesús estuvo tres días en la BET-MIDRASH a la edad que le correspondía (12 años), aprendiendo de los doctores de la ley.
Dentro de los niveles de conocimiento y autoridad de los Rabinos, existe el Rabí con S’MIKAH (autoridad). Es un rabí que tiene autoridad para tomar los conceptos básicos de la Torá y contextualizarlos a la época, es decir, tiene autoridad para interpretar la ley. El Rabí con s’mikah tenía un nivel superior de autoridad y de conocimiento de la Torá, debidamente reconocido por la comunidad judía en relación al resto de los Rabinos. Además, el Rabí S’Mikah era un profeta.
Según el pasaje de Lucas 3, durante 3 días Jesús estuvo con Rabinos que poseían s’mikah, que enseñaban en el BET-MIDRASH de Jerusalén. Es interesante que en la lectura de las Escrituras dice que los mismos Rabinos y los demás estudiantes del BET-MIDRASH ‘se maravillaban de la inteligencia y respuestas del adolescente Jesús.
Ahora bien, los Rabinos tienen una muy particular forma de enseñar: lo hacen a través de preguntas.
El Talmid le hace una pregunta al Rabí y éste le contesta haciéndole otra pregunta. La respuesta del Talmid a esa segunda pregunta le ayuda a sí mismo a encontrar su propia respuesta (se analizará a detalle más adelante). En este pasaje dice que los doctores de la ley, es decir los Rabinos con s’mikah, se maravillaban de cómo Jesús respondía a sus preguntas. ¡Realmente Jesús estuvo aprendiendo, compartiendo y dando ejemplo (¡siendo adolescente!) durante esos tres días, bajo las costumbres de enseñanza –aprendizaje de su gente!
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.”
¿Alguna vez te preguntaste porqué Jesús inició su ministerio hasta los 30 años siendo que ya a los 12 maravillaba a los mismo eruditos? Si haces cuentas, la Bet Sefer acaba a los 12 años e inicia la Bet Midrash, que dura entre 16 y 18 años, entonces 12 años + 18 años=30 años… ¡justo la edad de Jesús cuando inició su ministerio!…cumpliendo así, una vez más, con la Ley como leímos en el pasaje anterior.
Jesús se sometió voluntariamente a ese proceso de formación, maravillando incluso a los Rabinos con s’mikah por su inteligencia y conocimiento de la Torá.
4) El último punto a considerar es que cuando un Talmid es aceptado y tomado por un Rabí para ser formado por éste, el muchacho sale de casa de sus padres y queda a cargo del Rabí de manera permanente. La respuesta de Jesús a sus doce años, a la pregunta de sus angustiados padres, era digna de todo un Rabí (nótese cómo ya Jesús responde con una pregunta según la costumbre rabínica):
Lucas 2:48-49
“Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?”
Jesús asumía que sus padres sabían quién era él y que debía ser formado en la Ley de Dios.
Por eso les responde con dos preguntas:
1) ¿Por qué me buscabais?
2) ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?
Él debía estar en templo aprendiendo para convertirse en un Rabí con s’mikah (como lo vamos a ver más adelante). Él no podía empezar su ministerio sin ser reconocido por el pueblo como un Rabí con s’mikah. Por eso dice al final de Lucas 2,
Lucas 2:52
“Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.”
Al regresar con sus padres y de allí en adelante, Jesús se sometió a su propia formación en la Ley de Dios (en la Torá). No se especifica si esto ocurrió en algún templo o en una sinagoga en particular, pero todo lo que sucedió a partir de que cumplió 30 años nos muestra que durante esos 18 años (entre los 12 y los 30 años de edad) se estuvo preparando para convertirse en un Rabí con autoridad.
“Y entraron en Capernaum; y los días de reposo, entrando en la sinagoga, enseñaba. Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad [con s’mikah], y no como los escribas.”
FORMA DE ENSEÑAR DE LOS RABINOS
La forma de enseñar de los Rabinos era y es a través de PREGUNTAS. ¿Por qué?
Si a una pregunta de su Talmid el Rabí le da una respuesta simple y llana, el alumno no es estimulado a razonar. La respuesta a su pregunta viene del maestro y no de su propia deducción. El aprendizaje será mínimo y pasajero, como cuando aprendemos las respuestas del cuaderno o aplicamos una fórmula para resolver un problema de física o matemáticas sin haber entendido de dónde procedió ésa fórmula, sólo repitiendo lo que nos enseñaron, pero sin usar el razonamiento.
Si a una pregunta de su Talmid, el Rabí en cambio le responde con una segunda pregunta obligándolo a ‘pescar’ (razonar) y no sólo a recibir ‘el pescado’, entonces la respuesta que deduzca o encuentre el alumno (talmid) será su respuesta y no sólo la respuesta de su maestro.
Veamos un ejemplo de esto:
En una ocasión, un hombre acudió a una exposición de arte de un rabí escultor.
El hombre, después de mirar toda la exposición, preguntó al rabí: “Rabí, ¿cuál es su obra favorita?”
A lo que el Rabí respondió: “¿Eres casado?”
“Sí”, respondió el hombre, un poco intrigado por la pregunta del rabí.
“¿Tienes hijos?”, volvió a preguntar el Rabí.
“Sí”, volvió a responder aquel hombre, atónito y peguntándose a qué vendrían todas esas preguntas.
El Rabí lanzó la pregunta final: “¿Cuál es tu favorito?”
El hombre guardó silencio…el rabí había contestado a su pregunta… y el hombre había encontrado su respuesta.
Para nosotros los occidentales, es más fácil y estamos acostumbrados a recibir respuestas a nuestras preguntas a veces sin ni siquiera hacer un esfuerzo de deducción, de trabajo cognitivo y cognoscitivo. Queremos exámenes de opción múltiple (más fáciles), temarios que incluyan sólo lo que viene en el examen (¡no sea que vayamos estudiar de más 😀 !),etc.
Lo que aquél hombre tal vez quería, es que el rabí le diera una respuesta directa, que le dijera: ‘Pues mire, todas mis obras significan algo especial para mí, las hice en varios momentos de mi vida,…etc.’ pero ésta respuesta no le hubiese dado una clara y personal enseñanza como la respuesta que le dio el Rabí.
Si tú BUSCAS y ENCUENTRAS (Lucas 11:9) en la Palabra de Dios las respuestas a tus preguntas, jamás dudarás de las respuestas que encuentres porque serán tus respuestas…¿entiendes lo que digo? Estarás parado sobre la roca (firmemente) en tus convicciones, no conocerás ‘de oídas’ a Dios (a través de estudios bíblicos, en la enseñanza dominical en los cultos, etc.) sino que habrás desarrollado una verdadera relación con tu Rabí…
Jesús, quien a sus 30 años, era todo un maestro y además intérprete de la ley, usó ese mismo método en un sin número de ocasiones:
Ejemplo 1: Mateo 16:13-17
“Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.”
Ejemplo 2: Mateo 9:4
“Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?”
Ejemplo 3: Mateo 9:14-16
“Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos?”
EDAD DE LOS DISCÍPULOS
Ésta es una pregunta fantástica. ¿Qué edad tenían los 12 apostoloi y mathetes (lo vimos la 1ª clase) elegidos por Jesús para que fuesen cercanos a él? Una vez más, para encontrar la respuesta debemos ubicarnos en el contexto de la cultura judía. En el pueblo Judío, en la época de Jesús, la mayoría de edad era a los 20 años. Existía una ley establecida desde el Éxodo que exigía que los mayores de 20 años que visitaran el templo pagaran un impuesto para su mantenimiento.
Exodo 38:25-26
“Y la plata de los empadronados de la congregación fue cien talentos y mil setecientos setenta y cinco siclos, según el siclo del santuario; medio siclo por cabeza, según el siclo del santuario; a todos los que pasaron por el censo, de edad de veinte años arriba, que fueron seiscientos tres mil quinientos cincuenta.”
Mateo 17:24-27
“Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? El dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños? Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos. Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti.”
En esta ocasión, referida en Mateo 17, Jesús instruyó a Pedro a pagar el impuesto solo por ellos dos. De manera que podemos deducir que los demás discípulos no tenían más de 20 años. Las litografías y pinturas de los discípulos tergiversan la verdad al ‘pintarlos’ o representarlos como si hubiesen tenido aproximadamente la edad de Jesús, pero esto es incorrecto.
Por otro lado, no podían tener menos de 12 años, porque antes de esa edad, aún no podían separarse de sus padres para seguir aprendiendo al lado de un Rabí. Jesús no iba a quebrantar ese proceso de aprendizaje de la Ley de Dios. Por lo tanto, la edad de los discípulos estaba comprendida entre los 13 y los 20 años.
¡Sí, los discípulos eran adolescentes!, con sus altibajos -propios de la adolescencia- y sus errores, sus temores (‘¡sálvanos que perecemos!’…¿pues no eran ‘experimentados’ pescadores? Si hubiesen sido adultos, no le habrían tenido tanto temor a una tormenta en el mar…), sus berrinches (“¡¡YO seré el mayor; mamá, di a Jesús que nos sentemos a su lado!!…” Mt 20:20-23), sus arranques (Pedro segurito pensó: “le cortaré la oreja a Malco, al fin que tiene 2, para que aprenda…”Jn 18:10) se piensa que Juan era el menor de ellos, tendría unos 13 años, por eso era tan cercano a Jesús, seguramente extrañaba mucho su casa y no era como lo hacen ver algunas pinturas o litografías delgadito y hasta con semblante medio femenino por ser el discípulo amado…¡pues estaba bien chiquito! No era que Jesús le prefiriera, sabía lo que Juan había dejado tan peque por seguirlo a él….
“Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?”
Bajo esta óptica se entienden muchos pasajes donde vemos claramente cómo los discípulos batallaban con su carácter en formación.
Mateo 26:40-46
“Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras. Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega”.
Mateo 10: 13-14
“Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios”.
Marcos 10:35-37 y 41
“Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos. El les dijo: ¿Qué queréis que os haga? Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse contra Jacobo y contra Juan”.
Marcos 14:26-31 y 66-72
“Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos. Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas. Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea. Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no. Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces. Mas él con mayor insistencia decía: Si me fuere necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo.
66 Estando Pedro abajo, en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote; y cuando vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dijo: Tú también estabas con Jesús el nazareno. Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que dices. Y salió a la entrada; y cantó el gallo. Y la criada, viéndole otra vez, comenzó a decir a los que estaban allí: Este es de ellos. Pero él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos. Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis. Y el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba”.
LA BET-MIDRASH (CASA DE INSTRUCCIÓN)
Como expliqué en un inicio, los Talmidim (plural de Talmid) que pasaban el examen que les hacía el Rabí que ellos habían elegido, eran sometidos a un proceso de formación que duraba entre 16 y 18 años, alejados de sus padres. Sin embargo, los Talmidim que no eran aceptados por el Rabí, quedaban limitados a seguir los pasos de su padre, en la ocupación u oficio de la familia, imposibilitados de seguir con una formación más completa para convertirse algún día en Maestros de la Ley, alcanzando así el reconocimiento del pueblo y el favor De Dios. Era un verdadero privilegio ser aceptado por el Rabí elegido. Seguramente los discípulos de Jesús habían sido rechazados por algún rabí habiendo finalizado su instrucción en la Bet Séfer. PERDIERON SU OPORTUNIDAD de seguirse preparando, socialmente estaban destinados a ser hombres del vulgo, sin chiste, del montón…
“Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.”
La elección de los 12, o mejor dicho, su llamamiento, fue algo extraordinario, algo que salió totalmente de las costumbres judías y Jesús se encargó de hacérselos ver: en esta ocasión, fue el Rabí quien eligió a sus Talmidim y no al revés.
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.”
¡Asombroso!. ¡Un rabí con s’mikah, un intérprete de la Ley, un profeta, un Maestro entre los maestros; el mismo Jesús LES ESTABA DANDO UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD! ¿La ‘vida’ no te ha dado las oportunidades que hubieras querido y sientes que no posees dirección, metas o propósito? ¿Cuántas veces no has alcanzado aquello que deseas y anhelas? ¿Cuántas veces te han ‘bateado’? Jesús no miró lo que mira el hombre, Él sabe cuál es tu necesidad, cuáles son tus anhelos, tus sentimientos, quién cómo y cuándo te han herido y cómo eso te hizo sentir…Él te ama profundamente y desea enseñarte el camino por el que debes andar, Él quiere que tengas una vida plena, que cumplas con Tu propósito y que haciéndolo seas feliz y disfrutes de la vida que Él vino a darte.
1° Samuel 16: 7
“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”
A pesar de nuestra incapacidad y limitaciones como seres humanos, a pesar de nuestros muchos errores y pecados, a pesar de lo que creamos poseer o de lo que pensemos carecer (_____ pónle nombre), Dios en Su misericordia nos llama por nombre.
Jeremías 31:3b “Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia”.
1ª Corintios 1:25-29
“Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.”
Quizá en el mundo hayas sido rechazado, o menospreciado porque no eres tan inteligente o capaz como son otras personas cercanas a ti. Quizás te han hecho a un lado o te han hecho sentir inferior, quizá hayas perdido oportunidades en tu vida. Pero lo importante es que Jesús es el que ahora te elige para prepararte, para sanarte y para usarte para un hermoso propósito. Créelo… recíbelo…y actúa en consecuencia.
El sistema judío había descartado a los discípulos. Por eso, cuando Jesús los llamó ¡al instante dejaron todo (incluyendo papá) y le siguieron! Para entonces ya estaban siguiendo el oficio de su familia.
Mateo 4:18-22
“Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.”
¿Se sentirían sorprendidos al ser llamados por el Maestro? Seguramente sí. No había tiempo para pensarlo dos veces. Era la oportunidad de sus vidas. No tenían preparación y eran iletrados. Sin embargo, Jesús conocía sus corazones. Seguramente sabía que Pedro y Andrés amaban a Dios a pesar de no haber sido elegidos por un Rabí para ser formados en la BET-MIDRASH.
¿Alguna vez te has preguntado por qué Zebedeo no impidió que sus hijos se fueran con Jesús así nada más? Porque era un privilegio que los hijos fueran aceptados por un Rabí para ser formados. El papá de estos dos muchachos debió sentirse sumamente feliz y agradecido con Jesús. Estaban a punto de iniciar el cambio, la transformación más maravillosa de sus vidas… y tú también puedes iniciar esa caminata… HOY. Jesús te está llamando y desea darte un futuro y una esperanza. Sólo tienes que dejar al instante lo que sea que estés haciendo, y seguirle. No malgastes más tus fuerzas y tu juventud sirviendo a algo/alguien que no desea (ni sabe) lo que es mejor parar ti. Entrégate a Jesús. Recuerda que Dios no mira lo que mira el hombre.
CÓMO RESPONDER AL LLAMADO
Cuando has sido llamado por Dios, hay dos maneras de actuar ante tal llamado:
1) No hacer caso al llamado y seguir con tu vida, sin una certeza de dónde te conducirá.
2) Hacer caso al llamado y seguir a Jesús a donde quiera que Él te lleve confiando en que Él sabe lo que es mejor para ti, confiando en Su dirección y provisión.
En la segunda opción, debes estar convencido de:
1) Que Dios existe.
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
2) Que Dios te formó a Su imagen y a Su semejanza con un Propósito.
Debes decidir si le vas a hacer caso a Jesús, o si vas a seguir creyendo y buscando lo poco (en apariencia tal vez mucho, pero su fin es camino de muerte) que el mundo tiene que ofrecerte. Debes dejar atrás el pasado pidiéndole a Jesús que te sane, que perdone tus pecados y que te muestre el camino por el que ahora debes andar.
“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.”
3) Que Dios quiere tener una relación contigo a través de Jesús.
“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.”
4) Que no estás solo, que Dios envió a su Espíritu Santo para que esté contigo.
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre”
QUÉ DEBES HACER UNA VEZ QUE YA DECIDISTE SEGUIR A JESÚS
Una vez que ya te decidiste a responder a Su llamado, debes andar como Él anduvo. Mucha gente tratará de hacerte regresar a tu ‘viejo’ modo de vivir. Te dirán: “¿Quieres ser mi novia(o)?”, “Tómate un trago”, “Te invito a una fiesta (reven, antro, coto, pachanga, guateque…)”,etc.,etc.
¿Qué vas a hacer ante esas provocaciones (tentaciones)?
En la Biblia hay una historia de cómo un intérprete de la Ley se acercó a Jesús para probarle. Jesús le contestó con una parábola (sucesos de la vida cotidiana, cosas prácticas). Te invito a que la leas, comienza en Lucas 10:30.
Dios nos invita a no contaminarnos con las inmundicias del mundo, de los que están heridos, de los que están viviendo de acuerdo a sus pasiones. El samaritano se acercó al que estaba como muerto.
El levita y el sacerdote no quisieron ni acercarse al hombre, pues temían contaminarse (de acuerdo con la Ley judía de no tocar muertos). Prefirieron “guardar” la ley en vez de tener misericordia. Es decir, no es que no podamos ‘tener amigos’ (¡aunque estén como muertos!…como el hombre de la parábola) pero ¿para qué los quieres tener? Si es para tener misericordia de ellos, darles ejemplo, y ayudarles a salir de sus vidas sin propósito y vacías mostrándoles ‘un camino mucho más excelente’ como hizo el samaritano, pues ¡perfecto! Pero si crees que esa amistad te va a alejar de Dios y de Tu propósito, pues NO la tengas, puedes salir lastimado y terminar lejos de Dios.
Si te sientes (o alguna vez te has sentido) herido o cojo emocionalmente, si sientes o has sentido que algo te falta, Jesús te puede (y quiere) sanar y restaurar.
Te dejo el siguiente video que trata de cómo Jesús tuvo misericordia de un hombre inválido. Nadie más lo podía (y tal vez ni quería) ayudar; todos estaban muy ocupados en sus asuntos como para ver la necesidad de este hombre. Jesús ES EL HACEDOR DE MILAGROS, EL DIOS DE LOS IMPOSIBLES y Él desea hacer un milagro en tu vida hoy.
¡Dios te bendiga! Selah.