Efesios 4:17-24

“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.

Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”

Lo contrario de la PUREZA es la IMPUREZA.

En este pasaje de Efesios 4, la IMPUREZA se relaciona con:

–          La vanidad de la mente.

–          El entendimiento entenebrecido.

–          Un alejamiento de la vida de Dios.

–          Ignorancia.

–          Dureza de corazón.

–          Pérdida de toda sensibilidad.

–          Estar entregado a la lascivia.

Los que están así, cometen con avidez toda clase de impureza.

Por esta razón Dios nos dice que para no cometer toda clase de impureza, debemos DESPOJARNOS DEL VIEJO HOMBRE, que está viciado conforme a los deseos engañosos.

Algo viciado es algo que actúa o funciona de acuerdo a los vicios.

Según el diccionario, un vicio es:

MALA COSTUMBRE, HÁBITO DE OBRAR MAL, DEFORMACIÓN, DESVIACIÓN.

El viejo hombre tiene malas costumbres o hábitos que han deformado o desviado su pensamiento y su actuar de acuerdo a deseos engañosos, impuros. Algo engañoso es algo que no es lo que parece. Un deseo engañoso, es un deseo que aparentemente va a traer buenas consecuencias, pero que en realidad, traerá malos resultados.

Por esta razón la PUREZA tiene que ver con deshacerse de la naturaleza que tiende a actuar mal para satisfacer deseos que pueden traer destrucción a la vida de quien los satisface. La pureza no es algo inalcanzable o exclusivo para personas religiosas. Al contrario, la pureza no tiene nada que ver con el aislamiento de la persona, para “evitar” la contaminación.

Jesús mismo le pidió al Padre que no nos apartara del mundo, en donde como cristianos tenemos una misión que cumplir (Mateo 28), sino que nos guardara del mal, que nos mantuviera a salvo de caer en la satisfacción de deseos engañosos.

Juan 17:15

“No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.”

Por esta razón, el apóstol Pablo instó a su discípulo Timoteo a HUIR de las pasiones juveniles, que mucho tienen que ver con los deseos engañosos.

2 Timoteo 2:22

“Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.”

1a  Juan 2:16

“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.”

Dios nos invita a vestirnos de un NUEVO HOMBRE, renovado espiritualmente en su mente, creado según Dios. Para eso necesitamos nacer de nuevo, porque el nacimiento carnal, es a imagen del hombre.

 

Génesis 5:3

“Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.”

Es por esto que necesitamos renacer a la imagen de Dios, tal como fue creado el hombre al principio, antes de su caída.

 

Génesis 1:27

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”

Pide a Dios que renueve tu mente, que te dé un nuevo nacimiento en Cristo, a su imagen y semejanza, y despójate del viejo hombre que está viciado conforme a los deseos engañosos. De esta manera podrás vivir una vida de PUREZA.

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