Unidad – Significado del Concepto
Domingo 12 de febrero 2012 Unidad es lo que no puede dividirse; también implica singularidad. En cualquier caso del uso del lenguaje español, la palabra unidad es clave en el mensaje revelado de Dios. Efesios 4:3: “Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.” La unidad es necesaria para madurar nuestra relación con Dios y con el cuerpo de Cristo que es Su Iglesia. En todo caso el mensaje de Cristo es la verdad, en unidad. Habrá que decir, que en ocasiones buscando la verdad, se despiertan humanamente contiendas, celos, envidias. Por eso la única solución es el amor de y en Cristo: Colosenses 2: 2: “…para que sean consolados sus corazones, unidos en amor hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el padre, y de Cristo.” Efesios 4:15: “…. SIGUIENDO LA VERDAD EN AMOR…”. 3ª Juan 1: 4: “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.” Amor sin verdad, es corrupción. Al escoger entre la UNIDAD y la VERDAD, la unidad deberá ceder ante la verdad, porque “es mucho mejor estar divididos por la verdad, que estar unidos en el error”. Además, el sentido clave de la palabra unidad es “un solo ánimo” (unánimes), un solo aliento, un solo Espíritu. Efesios 4:4: “…un cuerpo, y un Espíritu…” Hechos 1:14: “Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego…” Hechos 2:1: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.” Romanos 12:16: “Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.” 1ª Corintios 1:10: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.” Juan 17:23: “Yo en ellos, y tú en mí, para que sean PERFECTOS EN UNIDAD, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como a mí me has amado.”
Cuidado con una unión ecuménica. Es una unión de credos, pero, sin la verdad. 2ª Corintios 6: 14: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” 1ª Corintios 5: 11: “Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.” Muchos falsos maestros y falsos profetas, y falsos pastores, con el pretexto del amor a los de otras confesiones religiosas, están dando pasos en falso; por ejemplo uno que con fama de ser cantante cristiano dijo: “…Es un nuevo día y necesitamos buscar un nuevo camino. Quiero caminar por esta vereda diferente, ¡porque ya conozco la otra!…” (Argentina 19 de junio del 2006) Cristianos como éste quieren nuevas experiencias humanistas, pero fuera de la sana y radical doctrina de Jesucristo. “¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne.” (1 Corintios 6: 15, 16). La base del ecumenismo, como único requisito, es que todos acepten a todos, con toda su “diversidad” de doctrina y práctica y que nadie condene la práctica de nadie. 2ª Pedro 2:1,2: “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos Maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre si mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de las cuales el camino de la verdad será blasfemado.” “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras” (2 Juan 1: 9-11) Para mantener la unidad en la doctrina de Jesucristo, se prohíben las opiniones facciosas y opiniones personales, tales como “yo opino”. 2ª Juan 9-11: “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese si tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: Bienvenido. Porque el que le dice: Bienvenido, participa en sus malas obras.” |