Sinópsis

El conocimiento racional científico es falseable, pues cambia con el tiempo: las teorías útiles son tarde o temprano sustituidas por otras mejores, más convincentes. El filósofo Karl Popper describió este proceso del conocimiento científico como una serie de “conjeturas y refutaciones”: los científicos plantean hipótesis para tratar de explicar un fenómeno, y luego esas hipótesis son sometidas una y otra vez a la validación o prueba de enfrentarse a los hechos. Si no se demuestran, son refutadas, y sustituidas por otras hipótesis que a su vez lucharán por “sobrevivir”, porque funcionan y, en muchos casos, permiten hacer predicciones, con lo que el ciclo se repite.

En todo conocimiento, el sujeto, el ente individual, se reduce a la mínima expresión, de modo que prejuicios, opiniones y gustos ceden su lugar a la razón (en el conocimiento racional), que como una tabla rasa debía enfrentarse a los datos de los sentidos para encontrar en ellos “la verdad” (aunque relativa, pero “verdad”).

Así también, en el conocimiento revelado, se deja del lado al individuo para dar su total importancia al conocimiento relevado de Dios, expresado en el contexto de Hebreos 1:1 “por los profetas y por el Hijo -Jesucristo-“

El conocimiento racional es, un fenómeno enteramente subjetivo, esto es, depende del sujeto humano. Dicho conocimiento es gran parte del proceso de razonamiento.

Pero, de otro lado, el conocimiento de Dios, viene de fuera del hombre, es revelado directamente por Dios para el hombre.

En el tiempo de la razón, tiempo de las luces, del saber fundado y accesible a todos, se deriva del proceso de la razón, como lo afirma Descartes (padre de la Modernidad), «No hay nada mejor repartido entre los hombres que la razón».

Al respecto lo que dice la Biblia Isaías 59: 4-8, con respecto al ser humano, particularmente el vr., 7 “Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos,”

De manera que el propósito eterno de Dios no puede nunca ser comprendido y entendido por la mente. Tiene que venir por revelación. «Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte» (Hebreos 8:5).

Jesucristo es el primer índice exegético, explicación de la revelación. Juan 1:18 “ A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, el le ha dado a conocer.”

Lucas 24:27 “Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.”

Revelar es quitar el velo, a algo que ha estado oculto y es dado a conocer. La revelación de Dios es una comunicación del Espíritu de Dios al espíritu del hombre haciéndolo participe de secretos que han estado ocultos (1 Corintios 2:8-9 “la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que te aman.”)

La revelación consiste en dar a conocer los misterios de Dios. Efesios 3: 10 “para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la Iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales.

La oración del apóstol Pablo en relación con los cristianos de Efesios es: Efesios 1:17, 18 “ para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él”.18 “ alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis…..”

Así que, si queremos adquirir sabiduría, el camino, el método, la técnica, es entender, saber y operar el conocimiento revelado de Dios a través de Su Palabra, escrita en profecía, denominada, la Biblia.

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