José siendo aun muy joven, recibió los sueños que Dios le reveló, y esos sueños le dieron propósito vital. Esto le provocó envidia a sus hermanos: Génesis 37: 19,20 “Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos. Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños”.
Lo significativo es que a pesar de los sufrimientos de José, él se mantuvo firme y “Dios estaba con José” (Gen 39:2, 3, 5). Y cuando concretó los sueños en la realidad, José perdonó a sus hermanos. Génesis 45: 4, 5, 7
Los valores que sostuvieron a José, y el efecto respectivo, son necesarios ayer, hoy y siempre en asuntos económicos, políticos, sexuales, familiares, sociales, eclesiásticos. En los momentos críticos de su vida, José manifiesta como se le da el principio axiológico rector, razón por la que actúa como actúa, por ejemplo cuando rechaza la invitación a hacer las cosas mal, de iniciativa de la mujer de Potifar, con el siguiente argumento de José: ´… ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?´ ( Génesis 39:9)
Solo la transformadora gracia de Dios opera milagros en los seres humanos