El apóstol Pablo habla acerca de tener, mediante el Nuevo Nacimiento, pertenecia a Cristo. Cristo en mi y yo en Cristo, Gálatas 2: 20.
Pero aunque pareciera obvio, Pablo habla de un proceso de crisis entre la afirmación general de que Cristo en Mi y yo en Cristo (Gal. 2:20), a la realidad particular de cada quien con nombre y rostro. Gálatas 4: 19 menciona el concepto de “….sufrir dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros”.
Así pues para una vida victoriosa o también llamada vida abundante, es mediante un proceso al que solo le da consistencia la fe, la gracia, y no las obras de la ley o del quehacer humano (Romanos 3:19-26). Este proceso crítico implica lo que dice Pablo en Romanos 6: 1-4, en donde el énfasis está en el vr 4 “así que también nosotros andemos en vida nueva”.
Pablo reconoce en los vrs. 12,13 que tenemos un cuerpo mortal, pero dice que aun así, por la fe habremos de presentarnos como vivos. Es decir, sin la fe en Jesucristo, estaríamos con el cuerpo mortal (por el pecado), pero al estar bajo la gracia -por efecto del nuevo nacimiento- habremos de presentarnos vivos, añade el vr 14.
Romanos 7: 14-25, se refiere a la guerra espiritual, entre el cuerpo carnal “vendido al pecado”, vr 17 (“el pecado que mora en mi”,dice Pablo); al no hacer lo que debiera, no soy el que lo hago sino el pecado que mora en mi. (vr 20). Aquí está la crisis.
Entonces, en el vr. 21 Pablo llega a una conclusión “el mal está en mi”.
Y en el vr. 24 descubre el lugar en donde está el problema: en el cuerpo mortal. Y el vr. 25 dice que la carne que es un término paulino para el cuerpo físico que sirve a la ley del pecado.
Abunda más sobre este concepto en Gálatas 5: 16-25 cuando Pablo describe lo que entiende por carne. Vr 17 “hacer lo que queréis”, 19-21, aquí se hace un catálogo de características de la carne.
Vr. 24 “los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos” Carne = Pasiones y deseos.
Y luego en el Vr. 25 dice que lo contrario a vivir en la carne, es VIVIR EN EL ESPIRITU. Romanos 6: 11 “consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro” Así que cuando hemos nacido de nuevo y como consecuencia damos prioridad a la vida espiritual prefijada por Jesucristo en Su palabra, entonces vivimos una vida abundante o victoriosa. Lo contrario, es “ vivir” (si es que lo pudiéramos llamar vida) en la carne de pecado, dentro de la misma muerte.
Pastor Pablo Monzalvo Pérez