Jeremías 18: 2-4

Serás un moldeador de mentes; tú forjarás al médico, al astronauta, al campesino, al constructor, al comerciante, al abogado, al músico. Con el tiempo verás tu reflejo en cada una de las figuras que tú formaste.

Aprender a aprender, debe ser la meta de la educación. Deut 4: 9,10

Aprendizaje, es el mejor inicio de la tarea de saber enseñar.

Moisés luego de ser educado en el palacio de faraón en Egipto, fue enviado a pastorear ganado en Tierras de Madián.

David fue ungido muy joven, sacado del aprisco o corral de las recién paridas para que apacentase al pueblo de Dios. Aprendió en lo natural y con un corazón recto, justo, honesto e íntegro; condujo como buen pastor al pueblo de Israel. “Eligió a David su siervo, y lo tomó de las majadas de las ovejas; de tras las paridas lo trajo, para que apacentase a Jacob su pueblo, y a Israel su heredad. Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, los pastoreó con la pericia de sus manos.” (Salmo 78: 70-72)

Hoy  se requieren de maestros  que, con corazón íntegro y pericia en la enseñanza, enseñen, formen y transformen  al pueblo. No podemos aspirar a ser maestros de trascendencia si no conocemos con profundidad y excelencia: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:11-13)

“No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí”.  Filipenses  3:12 (NVI)

“…a quien anunciamos, amonestando  a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en  Cristo Jesús a todo hombre.” Colosenses 1: 28

Durante el proceso educativo, se deben tener en cuenta tres elementos: la información, el lenguaje y el poder. La información refiere, no sólo a la adquisición de conocimientos, sino fundamentalmente a la capacidad de ubicar la información y procesarla. El lenguaje, refiere a la habilidad para manejarse en distintos contextos, tipos de discurso y situaciones comunicacionales. La posibilidad de poseer información y usar adecuadamente el lenguaje permite desarrollar las propias potencialidades, intervenir y concertar con los demás, lo que implica manejar poder.

Favorecer el desarrollo de los conocimientos y las competencias equitativamente para formar a las personas en los valores, principios éticos, capacidades intelectuales, habilidades instrumentales y favorecer el acceso a la información socialmente necesaria para desempeñarse en los diferentes ámbitos de la vida social.

La Iglesia capacita para la Formación de Formadores

A través de la formación y como consecuencia, se nutre el conjunto del sistema educativo de la Iglesia y de los hogares, empresas y ministerios dirigidos por cristianos.

A través de esta actividad formadora y transformadora de maestros, se obtiene la actualización disciplinar, integrando contenidos conceptuales, procedimentales y actitudes, en función de los desafíos  en el campo de la enseñanza y de el logro de propósitos, para ser “luminares” en un mundo que nos requiere.

Para el siglo XXI habrá que educar,  para la consolidación de la identidad como hijos de Dios, nacidos de nuevo, a fin de asegurar la productividad, la eficacia, la madurez y el crecimiento. Alcanzar el perfil y las competencias profesionales a través de la enseñanza de valores revelados por Dios, nos llevará a  liderar los procesos sociales y espirituales de la Iglesia, la familia y la nación. Esto constituye el principal reto de la Iglesia y la sociedad.

La cultura social del siglo XXI se nutrió de la Escolástica Medieval, pasando después al Iluminismo francés, el Federalismo Norteamericano y el Liberalismo Inglés. Políticamente, durante el Siglo XX un Marxismo criollo y un Capitalismo democrático diluido han dominado el discurso.  Nuevas Corrientes, tales como el  Postmodernismo, la Nueva Era y la adicción al consumismo, compiten por los corazones, las mentes y los estómagos de México a America Latina.

Nuestra historia explica por qué el catolicismo tradicional ha producido una cosmovisión que carece de la toda idea de Pacto, esa Ley que rige suprema sobre toda arbitrariedad humana, que la Reforma Protestante devolvió a la doctrina cristiana al mundo.

La ausencia de una idea de Pacto, o sea del gobierno de la ley y la ignorancia bíblica son las principales causas del nuestro carácter cultural dañado. Nuestra cultura no nos prepara para ejercer responsabilidad, ni nos capacita para gobernar, porque nuestra filosofía Hispanoamericana nos enseña que la religión y el Estado Benefactor tienen un rol tutelar, ellos se hacen cargo del rebaño y de la ciudadanía. Desde esa perspectiva, nuestra cultura es la causa de nuestro subdesarrollo y de nuestro atraso, cada día mayor, en comparación a otras naciones del mundo. Por eso necesitamos educarnos en el nuevo nacimiento en la cosmovisión del trabajo, el compromiso y la responsabilidad de cultivar la fe, y la fe viene por el oír la palabra de Dios. Necesitamos un conocimiento de la Palabra de Dios, dinámico, trascendente con perspectiva de ver el futuro por la profecía y establece la fe.

Lamentablemente, ahora, aún el liderazgo cristiano evangélico no logra llevar adelante nuestras naciones. Los cristianos por falta de formación del conocimiento revelado, caemos fácilmente en los patrones culturales mundanos de generaciones, impresos en nuestra crianza por el contexto de nuestro cristianismo cultural nominal e ignorando la vida espiritual que se ha trastocado por la vida del mundo carnal. Los patrones humanistas debilitan nuestro pacto matrimonial y distorsionan las relaciones de género, familia y autoridad, causando una sutil inmadurez y un dejo de disfuncionalidad en nuestras relaciones sociales. Por eso necesitamos educarnos con más intensidad en el conocimiento revelado.

La Transformación personal, matrimonial, económica, laboral, y en todos los ámbitos del hombre, se dará en tanto haya una transformación relacional, del liderazgo y de la enseñanza. Y mediante la influencia que ejerce la enseñanza a través de los maestros, ésta se multiplicará por la gracia de Dios convirtiéndose en transformación social y cultural.

“…Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá.”   Hechos 17:6

ESTA es la transformación que buscamos, una íntegra e integral, primero personal y luego social, capaz de “transformar” la cultura, a través de la  Palabra de Dios. “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardad  tu palabra.” Salmos 119: 9

Oseas 4: 6: “…el pueblo fue destruido porque le falto conocimiento.”

Mateo 24: 39: “Y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos…”

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