“La hermana gemela del idealismo es la desilusión” afirma John Stott en su libro “El Sermón del monte”.
Cuando decimos idealismo nos referimos “a lo que podría ser”. Y es que ante las perspectivas mundiales y nacionales para 2010 a veces la reacción es la ingenuidad de “lo que podría ser en 2010”, esperanza fallida basada en la falta de valores y de información, en la población general.
Ante la opulencia de los pocos, entonces los jóvenes masa responden vistiéndose estrafalariamente, con ropas rotas y zapatos desgastados adrede, queriendo mostrar con ello una protesta pero desde luego no resuelve nada y por eso no deja de ser ingenua.
Otra forma de reaccionar ante la injusticia social es buscando nuevas experiencias, que piensan algunos, son alentadoras, como el sexo desordenado, el alcoholismo, la drogadicción o la violencia, síndrome de nuestro tiempo: “consideran mas honroso retirarse, dice Stott, que participar”. Pasa lo que con la generación perdida post Franco, en España, que los jóvenes fueron denominados “pasotas” porque como nueva tendencia decidieron “pasar a todo” o salirse de la competencia de la vida.
En todo caso la tendencia humanista, sin valores, es abandonar lo poco que pueda quedar en la conciencia individual o colectiva de remembranzas espirituales de Dios, que la gente denomina comúnmente como religión, para, de plano, hacer caso omiso y negar cualquier contacto con Dios.
Evidentemente ninguna de estas reacciones resuelve el problema, ni individual ni socialmente.
La alternativa eterna, universal, que nunca pasa, es la alternativa de conocer realmente a Dios a través de un nuevo nacimiento y un entrenamiento a base de valores internos y no externos. Nunca de la religión a quien Jesucristo llamó “camada de víboras”, “sepulcros blanqueados”, “hipócritas” El Salvador, existente desde siempre, dice “Venid a mi los que estáis trabajados y cargados que yo os haré descansar.”Mateo11:28.
La religión cualquiera que sea nos da una esperanza frustrada al iniciar el año, porque estaría fundada en la cultura, en la tradición. Es necesario volver a la roca de los siglos que es Jesucristo, quien transmite vida, por la fe y enseña para formar y transformar al individuo.
No se requiere ningún tipo de obras ni de dádivas de dinero, ni tareas sufrientes o sacrifícales. Nada. Solo creer en Jesucristo y aprender de él a través de un discipulado o aprendizaje continuo.
¡Inténtalo! Vale la pena. No importa en qué situación de postración o de crisis te encuentres. No importa la naturaleza humana, ni género, ni situación social. Busca esta alternativa y empezarás en 2010 a conocer lo que es la vida abundante que prometió Jesucristo.