Desde que el ser humano nace e inicia su vida dentro de una familia, se enfrenta día con día con la necesidad de tomar decisiones con relación a la obediencia. Ante una orden tiene siempre dos alternativas y solo dos: Obedecer o Desobedecer. No hay más, porque una obediencia a medias o cumplida fuera de tiempo, se puede catalogar como DESOBEDIENCIA.

Con el apoyo de versículos y porciones de la Biblia, en este estudio veremos porqué vale la pena tomar el camino de la OBEDIENCIA.

 

 

  1. ¿QUÉ ES LA OBEDIENCIA?

Definición de “Obedecer”Cumplir lo que se manda.

Por ejemplo: obedecer una orden.

 Es decir que obedecer significa cumplir lo que se nos ordena, lo que se nos manda.

 

Éxodo 24:1-7

“Dijo Jehová a Moisés: Sube ante Jehová, tú, y Aarón, Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis desde lejos. Pero Moisés solo se acercará a Jehová; y ellos no se acerquen, ni suba el pueblo con él. Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todas las leyes; y todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho… Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos.”

  1. ¿CÓMO SER OBEDIENTES?

Obedecer es algo que se aprende. Debemos aprender a obedecer.

Jeremías 35:13 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Ve y di a los varones de Judá, y a los moradores de Jerusalén: ¿No aprenderéis a obedecer mis palabras? dice Jehová.

Jesús mismo tuvo que aprender a obedecer al Padre.

Hebreos 5:7-9 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen.

 

 

  1. ¿A QUIÉN DEBEMOS OBEDECER?

La Biblia nos enseña en particular que debemos ser obedientes:

 

3.1. A DIOS

Hechos 5:29 Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.

3.2. A NUESTROS PADRES

Jeremías 35:14 Fue firme la palabra de Jonadab hijo de Recab, el cual mandó a sus hijos que no bebiesen vino, y no lo han bebido hasta hoy, por obedecer al mandamiento de su padre; y yo os he hablado a vosotros desde temprano y sin cesar, y no me habéis oído.

Efesios 6:1 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.

Colosenses 3:20 Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.

 3.3. A NUESTRAS AUTORIDADES

Colosenses 3:22}Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios.

Hebreos 13:17 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.

Romanos 13:1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.

  1. ¿CÓMO SE CASTIGA LA DESOBEDIENCIA?

 4.1. Con los enemigos

Dios castiga la desobediencia permitiendo que los enemigos puedan hacernos daño. Dios a veces permite que haya enemigos a nuestro lado para probarnos. Si somos obedientes, El nos guarda y nos da la victoria, pero si somos desobedientes, El permite que nuestros enemigos nos dañen.

Jueces 2:6-23

“Porque ya Josué había despedido al pueblo, y los hijos de Israel se habían ido cada uno a su heredad para poseerla. Y el pueblo había servido a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales habían visto todas las grandes obras de Jehová, que él había hecho por Israel.

Pero murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años. Y lo sepultaron en su heredad en Timnat-sera, en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas.  Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel.

Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales. Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová.

Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot.  Y se encendió contra Israel el furor de Jehová, el cual los entregó en manos de robadores que los despojaron, y los vendió en mano de sus enemigos de alrededor; y no pudieron ya hacer frente a sus enemigos. Por dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos para mal, como Jehová había dicho, y como Jehová se lo había jurado; y tuvieron gran aflicción. Y Jehová levantó jueces que los librasen de mano de los que les despojaban; pero tampoco oyeron a sus jueces, sino que fueron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron; se apartaron pronto del camino en que anduvieron sus padres obedeciendo a los mandamientos de Jehová; ellos no hicieron así.

Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían. Más acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino.

Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y dijo: Por cuanto este pueblo traspasa mi pacto que ordené a sus padres, y no obedece a mi voz, tampoco yo volveré más a arrojar de delante de ellos a ninguna de las naciones que dejó Josué cuando murió; para probar con ellas a Israel, si procurarían o no seguir el camino de Jehová, andando en él, como lo siguieron sus padres. Por esto dejó Jehová a aquellas naciones, sin arrojarlas de una vez, y NO las entregó en mano de Josué.”

 

4.2. Con maldición:

 Daniel 9:11 Todo Israel traspasó tu ley apartándose para no obedecer tu voz; por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos.

Deuteronomio 28:15 Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.

 

4.3. Con eterna perdición:

2ª Tesalonicenses 1:7…y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder…

 

  1. ¿QUÉ PASA SI SOMOS OBEDIENTES?

 5.1 AGRADAMOS A DIOS

1° Samuel 15:22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.

5.2. ADQUIRIMOS SABIDURÍA

Proverbios 12:15 El camino del necio es derecho en su opinión; Mas el que obedece al consejo es sabio.

5.3. DIOS NOS BENDICE

Deuteronomio 28:1-2Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.

Deuteronomio 11:13-14 Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.

 

  1. ¿PORQUÉ VALE LA PENA OBEDECER?

Colosenses 3:23-24 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.

Cuando obedecemos de corazón, dice este versículo que lo que hacemos, lo hacemos como para Dios y no para la persona a la que se está obedeciendo, sean los padres, algún maestro de escuela, el jefe en el trabajo, o cualquier otra autoridad que nos requiera algún acto de obediencia.

Al final del versículo dice que cuando actuamos así, recibimos recompensa de parte de Dios, en forma de herencia, porque a quien estamos sirviendo al obedecer es a Cristo mismo.

Mucha gente confunde la obediencia con un acto de servilismo ante una autoridad siempre tirana o dictatorial. Algunos se levantan con actitudes mesiánicas en sus comunidades, regiones o países, para “liberar” a la gente de la obediencia a las autoridades. Para no ir tan lejos y no meternos en reflexiones vanas sobre ideas revolucionarias, pensemos en aquellos jóvenes que en las escuelas tratan de convencer a sus compañeros y/o amigos de revelarse a la autoridad de los padres. Con el argumento de “ellos no quieren que seas feliz, que vivas tu vida”, convencen a los amigos de menospreciar una actitud de obediencia, sin completar su discurso con las repercusiones negativas que han venido a sus vidas como consecuencia de vivir en desobediencia.

Dicen: “si no has probado, no puedes decir que es malo”, alentando a que los muchachos que normalmente han sido obedientes a sus padres, intenten o prueben caminos de corrupción –como las drogas, el alcohol, el sexo fuera del matrimonio, la pornografía, actos de vandalismo, el salirse de casa- aunque esto implique desobedecer abiertamente a los padres.

Obviamente los resultados nunca han sido, ni serán favorables para el joven que prueba estos caminos. Las drogas destruyen, aniquilan, así como el alcohol. Las relaciones sexuales fuera del matrimonio, además de poner en riesgo la salud de la persona, pueden terminar con el plan de vida del muchacho o muchacha, cuando se presenta un embarazo no deseado o una enfermedad incurable como el SIDA.

Cuando los padres, particularmente, establecen límites a sus hijos, generalmente lo hacen para protegerlos de todas estas cosas y de estos riesgos. Los padres normalmente quieren lo mejor para sus hijos. Desde luego no quieren que sus hijos dejen de gozar y de disfrutar una vida plena, pero como dice la Biblia en Eclesiastés: “Todo tiene su tiempo”.

Así que la próxima vez que tus padres o tus autoridades, te pidan que obedezcas una determinada instrucción u orden, o te pongan límites, no lo tomes como una ofensa o agresión. Trata de entender los motivos, y haz lo que tengas que hacer, haciéndolo como para Dios y no para los  hombres.

Termino este estudio con esta reflexión:

Podrás intentar burlar la autoridad de tus padres, haciéndoles creer que los estás obedeciendo… y quizás lo logres. En ese afán de hacer tu voluntad, fuera del conocimiento y del consentimiento de tus padres, probablemente vas a encontrar muchos placeres, pero debes saber que todo lo que hagas, digas y pienses, hay alguien que lo está viendo y que se da cuenta de lo que haces, y sobre todo que de todas aquellas cosas serás juzgado.

Eclesiastés 11:9 Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolesencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.

¿Tienes algún comentario o pregunta que quieras hacernos? Por favor exprésala a continuación y con gusto trataremos de contestarla.

Por adminrc