Por el Pastor Pablo Monzalvo Pérez

La vida sin Cristo es desordenada y vacía.

Génesis 1:1, 2: “En el principio creó  Dios los cielos y la tierra, y la tierra estaba desordenada y vacía.”

Dios le dio sentido a la creación Génesis 1:31.

Cuando el ser humano quiere depender de sí mismo y no de Dios, entonces  por eso está vacío.

Lo vacío y la palabra vanidad, son lo mismo. En el mundo del pensamiento existencialista  se subraya como característica de la vida como envuelta en la más negra oscuridad, de manera que autores como Camus o Sartre, muestran una visión  falta de sentido de una  vida nueva, de modo que ante lo indescifrable o inevitable  de una existencia fatal, se haya aumentado  el  número de personas  que consultan, ante lo irremediable,  al psicólogo, pues muchos de ellos asoman como una solución el suicidio o la depresión mental.

¿Cuál es la solución de Dios? «El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre» (Ecl. 12:13).

Sobre este tema el apóstol Pablo dice en Efesios 4:17-19 «Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.”

La esencia de la plenitud de la vida, vida abundante es entender quién es Cristo Jesús y encarnarlo:

“Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe… y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados… Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos” (1a Corintios 15:14, 17 y 20). Tenemos a un Cristo vivo, que nos da, regala, por gracia, una nueva vida, una mente, una voluntad, nuevas…

Sin conocer a Jesucristo, la vida es vana o vacía: “vuestra vana manera de vivir“,  1ª Pedro. 1:18; la palabra “vana” significa vacía, hueca, inútil.

Por eso cuando opera le fe, entonces opera el  entendimiento de quién es Jesucristo y su propósito, que es Renovar al hombre, Ef. 4:22-24; Col. 3:12 “Vestíos, pues, como escogidos de Dios….”

¿En qué se traduce entender a Jesucristo y convertirse por la fe a ÉL?

  1. Renovar nuestra mente, Efes. 4:23; Romanos 12:1, 2.
  2. Considerar la vida pasada como “pérdida” y “basura”, Fil. 3:7, 8.
  3. Sembrar, cultivar y obtener el  fruto del Espíritu, Gálatas. 5:22-24.
  4. “La palabra de Cristomore en abun­danciaen vosotros”, Col. 3:16.
  5. Crecer en la gracia y en el conocimiento, 2 Pedro. 1:5-10; 3:18.
  6. Crecer en la obra del Señor siempre, 1 Corintios. 15:58.
  7. Imitar a Jesucristo, 1 Pedro. 2:2l; imitar a Dios, Ef. 5:1.

Esta renovación de mente y voluntad, solo se puede adquirir por el conocimiento revelado de Dios (Hebreos 1:1). 2ª Timoteo 4: 3: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias.” (II Timoteo 4:3).

Jesucristo es un modelo de plenitud, de llenura. “Porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Mateo 7:29.

Jesús  calmó una tormenta y olas en el mar de Galilea. Al hacer esto, el provocó en la gente de la balsa la pregunta: “¿Quién es El? ¡Hasta el viento y las olas lo obedecen!” (Marcos 4:41).  El alimentó a 5000 personas con 5 panes y 2 pescados, Lucas 9:14,17;  dio a la viuda la resurrección de su hijo, y trajo de vuelta a una  hija muerta, Marcos 5:35, 36, 41,42. A un viejo amigo le dijo: “¡Lázaro, regresa!” y dramáticamente volvió a la vida. (Juan 11:43) Significativamente sus enemigos no negaron este milagro. Sin embargo, trataron de matarlo. “Si dejamos que siga así” ellos dijeron “todos van a creerle” (Juan 11:48).

A quienes tienen la mente vana les parece, piensan que los que no se conducen vacíos, son objeto o debieran ser objeto de señalamiento y de ultraje. 1ª Pedro 4:4 “A estos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan.”

Para evitar decisiones vanas: “Examinadlo todo; retened lo bueno” (I Tes. 5:21).

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